ONGI ETORRI

BIENVENID@ AL BLOG DE MALATEXTOS.

AQUÍ ENCONTRARÁS TODOS NUESTROS TEXTOS.

PODRÁS OPINAR SOBRE ELLOS.

CONTACTO: malatextos@gmail.com

Melchor negra y de garfio trepador










Como todos años, el sol acaba de girar sobre La Tierra. Como todos años, la misma discusión; que si el Baltasar de la Cabalgata tiene que ser un negro de vellón o un blanco de betún, que si al maquillaje o al natural, que si tal o que si cual, que si contamos ya con una vasta comunidad de afronavarros, por qué no ahorrarnos lo del betún que, se contradice con el espíritu navideño que de ahorro nada, que al derroche y a la fiesta en el portal del Corte Inglés.

Ni para ti ni para mí, pues. Les proponemos coger a uno de nuestros negros sanos y pintarlo de blanco Melchor. Salomónico. También invitamos a nuestras familias cristianas que, al engalanar sus balcones en estas fiestas, sustituyan a sus olentzeros, papanoeles y piterpanes que mucho ya deslucen, por negritos trepadores con sus garfios de escalar la valla de Melilla, colándose por nuestras ventanas que nos traen regalos pero que se vayan en caliente, que nos dejen su carbón, todas sus materias primas y sus manufacturados low cost que circulen, las personas no. Ni lo sueñen.

Como consumidores del norte decimos que basta ya, que no queremos consumir lo que nos imponen, que no queremos imponer a quienes más producen y producen en el nombre de nuestro supuesto bienestar, que lo es a costa de exprimir al sur, de provocar y financiar el terror y las guerras en su lejanía como sucia estrategia mercantil, de propinarles la patada cuando llegan del éxodo bélico huyendo de bombas racimo, racismo es lo que encuentran.

Melchor un negro, o una negra. Las ovejas también. Los pajes latinos y los centuriones rumanos que no quieren batirse el cobre. Que la Cabalgata sea un Carnaval, la fiesta de que se cierran los CIES, dejamos de mandarlos al cuerno de África, se da fin al saqueo y fractura de su castigado ecosistema, liquidamos el terror y las guerras a ver si este 2015 la tierra gira alrededor del Sol y se anuncia un año negro para genocidas de playa como el beato Fernández Díaz un ministro, que no se confiese tanto en capillas, que mejor lo haga en los tribunales.

Colectivo Malatextos, 22 de diciembre de 2014.

El TTIP
















Es sabido que las/los de abajo nunca hemos importado mucho, que nuestras opiniones no se tienen en cuenta, siempre ha sido así, y cuando nos hemos revelado nos han callado a sangre y fuego. En el año 73 a.c. los esclavos con Espartaco, su cabeza más visible, se levantaron contra la “democrática” República Romana. Al general Pompeyo enviado de Roma no le tembló el pulso y acabó con la revuelta esclava de la única forma que sabía, con miles de muertas/os y crucificadas/os. La Revolución Francesa trajo vientos de “Liberté, Égalité et Fraternité”, parecía que por fin la libertad y la justicia social se iban a abrir camino en nuestra sociedad. Este sueño se quebró con La Comuna de París, el fuego de las armas acabó con las ansias libertadoras de las personas empobrecidas, la utopía liberal republicana era enterrada y de nuevo las/los sin voz aparecían como eran a los ojos de la pujante burguesía, personas sin valor alguno, seres prescindibles. La bolsa de paradas y marginadas era tan grande que el capital no tenía ningún problema para sustituir a toda persona díscola con el sistema capitalista. Se nos valoraba poco más que al tornillo que sujeta la maquinaria productiva, y sin darnos cuenta un día pasamos de productores a consumidores. Consumidoras de las mercancías que nosotras producimos, de los servicios que damos a la sociedad, y sobre todo, consumidoras de los falsos sueños de futuro inventados por la élite dominante.
La clase política que hoy gobierna, nos ofrece un nuevo contrato social, el TTIP. No se nos explica en qué consiste este acuerdo, creen que es mejor que ignoremos las obligaciones que implica el TTIP, su negociación es secreta, y durante los próximos 30 años no se harán públicos los acuerdos. ¿Para qué preocuparnos?, viviendo en la ignorancia seremos más felices. El TTIP nos obligará a ser esforzadas trabajadoras, consumidoras compulsivas, votantes felices y ciudadanas sumisas. Si firmamos este contrato comercial, estaremos renunciando a gestionar nuestras vidas y otros decidirán por nosotras, mucho más de lo que deciden ahora. El TTIP es un gran agujero negro en torno al cual vamos a girar todas las personas, seremos pequeños asteroides devorados por la estrella muerta del capitalismo, esa que está a punto de estallar. Nada ni nadie escapará del ciego mercado, personas, derechos humanos, cultura, naturaleza… todo será engullido. El TTIP, (junto a otras medidas, que fomentan y salvaguardan el modelo neoliberal, el militarismo, la destrucción del medio, el empobrecimiento a través del incremento de las desigualdades, la estructura patriarcal de la sociedad,...), es la negación del futuro, pero en este caso no solamente para las/los de abajo, sino para toda la humanidad. En nuestras manos esta escribir otro futuro.
 Colectivo Malatextos, 5 de diciembre de 2014

A los Alpes suecos













«La mitad de los días hay parques de bomberos sin el personal suficiente», revelaba un titular de la prensa local hace pocas fechas que alertaba como quien llama al 112, sobre la falta de contratación y relevo que se está dando en la Agencia Navarra de Emergencias. Una oferta pública de empleo en suspenso conlleva ese suspense de jugar con fuego: ¿si se quemara uno de nuestros parques de bomberas, a quién llamaríamos? Pero no sólo bomberos y bomberas se encuentran en vías de extinción, también el personal de la salud o el educativo en suspenso, con el tumor de la sanidad privada que se extiende tal cual nos falta profesorado, con la indocente salvedad del que adoctrina en aulas donde se segrega según el tipo de genital del alumnado.

Cumplir con menos personal y más trabajo es la realidad que nos imponen, por cada ciempiés un limpiabotas, por cada cien políticos una guarda de seguridad, en lo público y en lo privado, más paro y más buro-tránsito nos imponen, con más interrogatorios para acceder a una mísera renta de inclusión que atempere la pesadilla si hasta los sueños también nos imponen, porque veintiún euros por un café y un décimo de lotería ya nos advierte que ni el soñar es gratis.

Ensoñaciones aparte, desde la administración nos aclaran que seguiremos contando con personal de emergencias, sanitario o educativo, nos detallan que de forma desinteresada están rescatando a nuestros emprendedores víctimas de la burbuja inmobiliaria para reubicarlos ahí, señalan como anticipo y prueba de fe la concesión de la medalla de oro de Navarra a otrora insignes emprendedores como el constructor Huarte que desafió al caudillo dando trabajo y compasión en Cuelgamuros a los infieles, amén del benefactor Urmeneta, que tanto dio por nuestra sanidad y educación entregando robadas y robadas de tierra para que los navarros y navarras presumieran de una clínica y una universidad como Dios manda aclaran, aclaran y concluyen: «si a alguien no le gusta este proceder, que se vaya para los Alpes suecos».

Colectivo Malatextos 24-11-14

Un poco de responsabilidad, por favor















Nosotros los empresarios somos buena gente, demócratas convencidos, sabemos que nuestra sociedad no puede funcionar sin la democracia y todas sabemos que uno de los pilares fundamentales de la democracia son nuestros sindicatos. Bueno, me refería a las llamadas organizaciones sindicales mayoritarias, esas eficaces empresas de gestión del movimiento obrero. Estos sindicatos siempre han sido muy necesarios para firmar acuerdos de concertación social, el llamado pacto social que tan buenos beneficios ha aportado a la sociedad, ha favorecido la competitividad de nuestras empresas, la moderación salarial, el fortalecimiento del consumismo, la modernización del país con sus grandes infraestructuras..., y todo esto ha conllevado el crecimiento económico del cual nos beneficiamos todos. En estos tiempos tan duros para las empresas, ¿qué habríamos hecho sin su colaboración?, ¿cuántos ERES se habrían quedado sin firmar?, esas medidas tan impopulares como los despidos, la bajada de los salarios, el aumento de la productividad, etc, ¿habríamos podido tomarlas sin su visto bueno? No lo creo, me tengo que reafirmar señalando el importante papel de estos sindicatos domesticados, perdón, quiero decir sindicatos responsables y altos de miras. Como es normal, para el buen funcionamiento de este sistema nuestro gobierno tiene que premiar, perdón de nuevo, no estoy muy fino con las palabras que elijo, tiene que subvencionar a sus delegados, a sus estructuras pseudo-sindicales, su maquinaria de control del mundo laboral.

No descubro nada si digo que no todas las sindicalistas (incluso dentro de los grandes sindicatos), por desgracia, son tan comprensivas con nosotros y con las dificultades que tenemos para sacar adelante nuestros negocios. Allí están un día sí y otro también reclamando salarios dignos, se atreven a pedir el reparto del trabajo, el fin de la precariedad laboral, nos llaman chorizos, explotadores y sinvergüenzas. Claro, y luego se quejan de que los despedimos, de que no los queramos ver ni en pintura, ¿a quién se le ocurre morder la mano que le da de comer?, desagradecidos, eso es lo que son, unos desagradecidos. ¿Tan difícil es de entender que sin la libre empresa y sus empresarios no hay nada que hacer?, este mundo sería ingobernable. Esos sindicalistas rebeldes deberían estar prohibidos por la ley, sin esos mal nacidos, nuestro país funcionaría mucho mejor.

Ahora que vienen las elecciones sindicales quiero invitar a todas nuestras trabajadoras a que participen en ellas, pero por favor, ni se os ocurra auto-organizaros para crear vuestra propia candidatura, ni seáis tontas y votéis a alguna delegada aventurera de esas que os prometen firmeza ante el empresario, ya sabéis que esas posturas intransigentes solo traen malestar a los empresarios y no nos cuesta nada deslocalizar la empresa y llevárnosla a otro país. Esto no es una amenaza, es la realidad, el mundo en el que vivimos, y pudiendo elegir a un delegado de un sindicato responsable, comprensivo y negociador, ¿para qué complicarnos la vida? Elige sindicalismo amarillo, tu patrón te lo agradecerá.


Colectivo Malatextos, 15-11-14

De los Califatos de Bankia y Volkswagen











Mal que nos pese debemos aceptar que nuestras mentes más brillantes, centelleantes y chispeantes en temas financieros, no puedan responder a cuestiones que van más allá de una titulación cum laude en económicas, cuestiones que incluso se escapan del alcance de un niño de preescolar, tan inescrutables como los caminos del Señor Barragán: ¿son las preferentes un producto ideado para estafar a venerables ancianos? ¿Tributan las transacciones llevadas a cabo con una black card? Aguanta Rodrigo, sé fuerte.

Esas mentes tan brillantes, centelleantes y chispeantes además, trabajan sin descanso en regalarnos consejos de moral social, tan filantrópicos ellos, que hasta se autoproclaman como paradigmas del buen hacer en quienes inspirarnos como no podría ser de otra forma faltaría más, enarbolando la austeridad como virtud frente a ese consumismo superfluo y a costa del inmoral saqueo de materias primas a los primos del sur que tanto nos tienta, lencerías de Bangladesh y Coltanes del Congo.

Estas mentes brillantes, centelleantes y chispeantes además, nos hablan de las políticas sociales como freno a la competencia, nos hablan de la competencia como motor de crecimiento, nos hablan del crecimiento como generador de un empleo que no precisa de regulación alguna, que se autorregula en un bucle sucesivo de subcontratas y subcontratas nos hablan a las de abajo, nos dicen que eso son relaciones laborales como manda el Señor Barragán y no la estafa piramidal que otras gentes de abajo y mal pelaje pregonan.

No olvidemos que también a nuestros padres estas mentes brillantes, centelleantes y chispeantes les hablaron de la desregulación financiera como solución para afrontar la crisis de producción de los años setenta. Hoy nos instruyen que la solución a la actual crisis financiera es una mayor desregulación financiera.

También por estas gañanías cómo no, los chorizos ataban a sus perros con longanizas, saquemos pues pecho también de nuestro crimen desorganizado y de sus mentes más brillantes, centelleantes y chispeantes, con la más grandes glorias del califato de Volkswagen: el circuito de Los Arcos que va sobre ruedas, las obras del Reyno de Arena, una ampliación para el aterrizaje de palomas en nuestro aeropuerto pues no íbamos a ser menos que los de Castellón, el saqueo a toda velocidad para las obras del TAV, los fraudes tributarios desde Osasuna hasta Conservas Almanaque, los regalos a carretadas para Sendaviva, Mercadona y muchos más, o el trasvase del Ebro desde la CAN hasta la Caixa.

Colectivo Malatextos, 23 de octubre de 2014


Erabakitzeko eskubidea













Quiero decidir sobre mis gustos sexuales.

Nire amatasunaren eskubideaz erabaki nahi dut.

Nadie me tiene que decir en qué quiero trabajar.

Ba dut eskubidea erabakitzeko zein hizkuntzetan bizi nahi dut.

No quiero que me impongan el medio de transporte que quiero utilizar.

Inork ezin du esan nola bizi nahi dudan.

¿Por qué no puedo ser vegetariano?

Zenbat ordu lan egingo dudan, nire erabakia da.

Las pequeñas y grandes decisiones que afectan a mi vida las voy a tomar yo misma.

¿Por qué solo me dejan decidir entre la Coca Cola y la Pepsi?

Zergatik galarazi nahi dizkidaten nire joerak sexualak.

Txirrindula gustuko badut, nork erabakiko du nik kotxean bidaiatu behar dudala?

Aspaldin erabaki nuen gure auzoko dendetan erosketak egitea.

¿Quién eres tú para negarme mi derecho a decidir cuantas hijas voy a parir?

Abortatzeko eskubidea. ¡Aborto libre!

No me neguéis el derecho a decidir en qué se van a gastar los impuestos que pago.

También quiero decidir cuántas horas quiero trabajar.

Zuk ez duzu eskubiderik esateko nola bizi behar dudan.

¿Por qué me negáis el derecho a vivir en euskera?

¿Acaso no tengo derecho a darle un corte de mangas al parlamento, el ejército, o a los banqueros?

Gure bizitzaren norabideaz erabaki nahi dut.

Decido que no me gusta el futbol y sí el rock and roll.

Ez dut nahi erabaki, zein ote izango den gure herriko neskatxa politena.

Quiero decidir cómo pasar mi tiempo libre.

Energia garbia hautatu dut, nire eskubide delako.

He apagado la televisión y he puesto la radio. ¡Qué buena elección!

Eta gure herriaren etorkizunaz ere erabaki nahi dut. Autonomia, federalismoa, burujabetasuna, independentzia? Auskalo, baina denon erabaki librea izan behar da.

LA PATRIA, EL PAÍS, MI GENTE.

Busco esas líneas discontinuas que aparecen en los mapas y no las encuentro, veo montañas, ríos, valles, ciudades y caminos que unen personas y voluntades pero esas líneas que nos dividen en países, en comunidades estancas no las veo por ningún lado.

Me hablan de las grandezas de mi pueblo, de sus batallas gloriosas, conquistas, partidos jugados y medallas ganadas. Yo solo oigo las distintas melodías que tiene el habla humana, lenguas, idiomas distintos que guardan el tesoro más valioso que tenemos los humanos, las infinitas formas de ver e interpretar la vida. Maravillosa Babel la nuestra.

El pueblo elegido de Dios, un futuro brillante, destino universal… somos una patria porque viene en los viejos libros, escritos con sabiduría por nuestros sacerdotes, escribas y cronistas oficiales. No podemos escapar de nuestro destino, púes ya está decidido. Camino, y comparto mi caminar con personas distintas a mí, todas somos singulares y únicas. No me hablan de glorias pasadas, ni de sus reyes conquistadores. Comparten su pan, sus sueños, y aunque no hablemos el mismo idioma nos entendemos.

Hombres y mujeres que madrugan, van a sus puestos de trabajo, a sacar adelante sus familias. Sus sueños y anhelos son parecidos, una vida mejor, estudios para sus hijas e hijos, salud, un bocado que llevarse a la boca. Poderosos que no madrugan y que solo piensan como acumular más y más, enfermos del poder, adictos al dinero. Hoy nos hablaran de que somos un gran país, envidia de nuestros vecinos… y mañana nos pedirán otro esfuerzo más.

Ya lo decía George Brassens “La música militar nunca me supo levantar “, tampoco me pone cachondo el himno nacional, que cosa más estúpida, dejarse matar por un bandera. Me lío un cigarro, de los de la risa, y sueño con playas jamaicanas, disfruto de una cerveza fresca, en la radio ponen a Cesaria Evora y pienso que con lo fácil que es vivir como nos complicamos la existencia con los mitos del poder, del estado y del triunfo social.

EL FEDERALISMO

Algunos se agarran a la legalidad constitucionalista, dentro de la constitución todo, fuera de ella el caos. La constitución la nueva palabra de Dios, verdad absoluta para mangonearnos, solo se puede modificar si beneficia a” los demócratas de toda la vida”, para obligarnos a pagar la deuda ilegitima de los bancos, para fortalecer la monarquía “democrática”… cambios necesarios para mejorar el sistema político y regenerar la democracia.

Luego están los que ven, y con razón, la constitución como una cárcel para sus anhelos independentistas, deseos legítimos que son negados por los constitucionalistas. Pero me temo que estos independentistas a lo que aspiran es a otro estado con su constitución, a otra cárcel legal, que sufrirán los que piensan distinto.

Y en este amplio y diverso parlamento solo nos faltan los federalistas constitucionalistas, los que quieren cambiar algunos aspectos de la Magna Carta, para que todas estemos cómodas en el marco autonómico. Los expertos, los listos de siempre que harán los cambios pertinentes para que nada cambie. Federalismo monárquico, con sus fuerzas policiales, su mercado, su euro, su… ¡Vaya estafa!

El federalismo es otra cosa, para empezar respeta a las personas y su capacidad de participación y de decisión, son personas y barrios coordinados para gestionar las ciudades, las comarcas, pueblos y comunidades conectadas que trabajan para dar solución a los problemas comunes de sus personas. El federalismo es la red con sus conexiones, en número casi infinito, tantas como sean necesarias, que nos permiten la buena gobernanza de lo micro y de lo macro. Federalismo es libertad y respeto hacia el diferente, el más allá de las fronteras.


Colectivo Malatextos, 15 de octubre de 2014

El comisario y el cobrador










Que el aspirante europeo a comisario del miedo ambiente responda que tras quienes niegan el cambio climático hay gente muy poderosa, que hay que neutralizarlos con acciones comunicativas de calado me parece una tomadura de pelo morrocotuda.

Este prohombre, con más cara que los de Bélmez, es uno más de esos fenómenos paraecológicos que tanto debieran preocupar a una población que asiste imperturbable a la conspiración de los TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership), esos acuerdos que están cerrando en secreto los gringos con el viejo continente, unos tratados que forjarán esclavos para un mercado libre, que sentarán las bases de nuestra futura corporocracia de soberanía mercantil, unos tratados que empiezan a caminar intentando colocar al frente de la Comisaría de energía y cambio climático a este prohombre por muy meteoroilógico que nos parezca, a este prohombre que se declara feminista y afín al rollo trans…génico, a este prohombre a quien le querrán confiar que nos prepare la fractura hidráulica, de cuya deuda ecológica el cobrador del fracking exigirá el pago a nuestros hijos mutantes en un futuro distópico.


Colectivo Malatextos, 4-10-2014

Somos de izquierdas y eso basta












Existe una gran diferencia entre lo que decimos ser y lo que realmente somos, consecuencia evidente de no estar especialmente orgullosos de nuestra forma de ser. Creo. Esta diferencia resulta patente entre nuestro discurso contra del paro, contra la pobreza y la exclusión social, y nuestra acción diaria. Confiamos toda posible solución en una papeleta para éste o aquel partido, escurriendo cualquier atisbo de la responsabilidad propia, buscando al responsable de nuestra situación fuera de nosotros mismos.

Es tan grande la brecha entre lo dicho y lo hecho que convierte nuestro discurso en una mera soflama, posibilitando que en el trabajo, en nuestros hábitos de consumo, en nuestro ocio, etc. seamos absolutamente conservadores y mezquinos -ya sea metiendo horas, ya sea acudiendo a grandes superficies o centros comerciales, apuntalando la precariedad laboral, ya sea con las mil y una formas con las que participamos activamente del akelarre consumista actual- .

No estamos dispuestos a arriesgar la menor cuota de comodidad a pesar de que nos la vayan arrebatando poco a poco o a bocaos, según el momento o según el gobierno de turno. Eso da igual. Nos da igual.

Luego sacamos pecho de izquierdistas, etiqueta como cualquier otra vacía de todo contenido pero muy útil, sin embargo, para encasillarnos y autocomplacernos, para nada más. Cuando un miserable como Botín la palma -tanta PAH se lleve como descanso deja- hay que alegrarse. Eso es lo propio de gentes de la izquierda. ¿Por qué? ¡A mi que coño me importa que un abuelete multimillonario de setenta y nueve años la palme! ¿Terminamos con el paro?¿Acaso vamos a vivir mejor? ¿Va a mejorar la sanidad o la educación o la precariedad que nos asedia? Pues no y de hecho, ya tiene el recambio listo para funcionar. Nada cambia y en nada se mejora nuestra situación ni nuestra apatía social, por desgracia para nosotros.

El grueso de la población, nos pongamos la etiqueta que nos pongamos más o menos revolucionaria, seguimos esperando la llegada de un Mesías aunque sin olvidarnos de alardear de ateísmo, tan propio de la izquierda, o de lo que creemos y nos han trasmitido que es ser de izquierdas. Otra etiqueta vana. Otra más.

"Esperando, esperando se nos va pudriendo el rancho" y dejamos escapar no sólo el tiempo sino también las posibilidades de cambiar las cosas desde el ahora. Un tiempo y unas posibilidades que pasan de largo y que por pequeñas que sean deberíamos utilizar para arriesgar, para echar abajo o empujar un poquito, lo que podamos, un sistema, el capitalista, que nos obsequia la libertad de ponernos la etiqueta que queramos mientras remacha la injusticia, afianzándola, haciéndola cada vez más sólida e inamovible.

Sigamos esperando a ese Mesías salvador a la vez que hacemos todo lo posible para facilitar el trabajo al capital. Sigamos disfrutando del consumo, haciéndolo central en nuestras vidas, mientras fagocita las endebles conquistas obtenidas socialmente tras años de luchas y mientras nos revientan en los trabajos. Al final y quizás fruto de la espera veamos como todo se arregla. Es una posibilidad que preferimos creer, a la que nos aferramos egoístamente al grito de "sálvese quien pueda" porque nos hace la vida más cómoda... hasta que deje de serlo. En ese momento, ya no tendremos que incomodarnos nunca más porque ya no tendremos nada que hacer. Pero no dejemos nunca de repetirnos que somos de izquierdas y que con eso, al parecer, basta. Nos basta.

Colectivo Malatextos, 18 de septiembre de 2014.

1ª GUERRA MUNDIAL










El 28 de Junio de 1914 el nacionalista serbio Gavrilo Princip asesinó al archiduque Francisco Fernando de Austria. Este magnicidio fue la escusa para el inicio de la que luego sería conocida como La Gran Guerra, la 1ª guerra mundial. Aquel crimen fue la escusa perfecta para los que hacía tiempo que buscaban y alentaban el conflicto armado. Desde finales del siglo XIX y principios del XX jóvenes superpotencias (Alemania, Japón y EEUU junto con las viejas potencias europeas, Francia, Reino Unido y Rusia), se disputaban los mercados internacionales y el continente africano había sido repartido entre los distintos estados europeos. El imperialismo, la rapiña económica, una clase política incompetente y militares sedientos de gloria y medallas no iban a reparar en el costo de vidas humanas. Durante décadas habían cocinado las condiciones para un gran enfrentamiento armado a escala planetaria. 70 millones de soldados fueron movilizados y la gran sangría humana dejo un balance cercano a los 9 millones de soldados muertos, 7 millones de desaparecidos y 13 millones de civiles asesinados en nombre de las diferentes patrias. El ideario de la 1ª internacional que no reconocía más que una patria común, la del mundo del trabajo y de los/as pobres, salto por los aires y gran parte de la izquierda haciendo dejación de los valores de la solidaridad humana se alió con sus respectivos gobiernos; el movimiento anti-guerra y los objetores de conciencia fueron perseguidos, encarcelados, los que se negaban a ir al frente eran fusilados por desertores.
Esta guerra aportó mucho en el desarrollo de la humanidad, por primera vez se utilizaron lo que hoy llamamos armas de destrucción masiva, la aviación para bombardear las posiciones enemigas y objetivos civiles, el carro de combate, el submarino y el arma estrella de esta guerra, diversos gases tóxicos (la guerra química). Si una población se interponía en el avance de las tropas, se reducía a escombros y se sacrificaban vidas civiles para mayor gloria de los ejércitos.
4 de Agosto del 2014, dentro de las diversas celebraciones institucionales del centenario de aquel conflicto armado se han reunido en Lieja (Bélgica), representantes de 50 países y, como es costumbre, los gobernantes han leído discursos grandilocuentes, ensalzando el valor de los jóvenes que dieron su vida en defensa de los ideales de la gran Europa. Todo palabras vacías que nada dicen para evitar tener que reconocer que el único discurso posible es la renuncia a la guerra como medio de solución a los problemas que tenemos las personas, que casi nunca son coincidentes con los que tienen los gobiernos. Nos dicen que gracias a la 1ª y a la 2ª guerra mundial hemos aprendido a gestionar las crisis políticas internacionales de otra forma, que ahora la diplomacia funciona y gracias a eso ya no hay conflictos armados en Europa, y una vez más nos mienten, lo que hemos hecho ha sido externalizar las guerras, llevarlas del mal llamado primer mundo al resto del planeta. La guerra de Corea, Vietnam, Indochina, las guerras endémicas en África, las silenciadas guerras que sufren el pueblo saharaui y las comunidades zapatistas, Irak con su ración de muertes a diario, la interminable guerra de Afganistán, la masacre que del pueblo Palestino, y ahora en la misma Europa, el último conflicto alimentado por las potencias mundiales, Ucrania. La lista puede ser más larga pero estos ejemplos son suficientes para darnos cuenta que poco ha cambiado la lógica de las superpotencias, de las multinacionales y de los ejércitos.
Si queremos recordar la Gran Guerra, denunciemos todas las guerras como ilegitimas, prohibamos el comercio de armas y desmantelemos la industria armamentística, hagamos objeción fiscal,... Y si queremos levantar un monumento, que sea al desertor, al antimilitarista, porque la lucha antimilitarista es la única guerra que merece la pena.
Colectivo Malatextos 13-08-14

Opiniones



Hay opiniones para todos los gustos, incluso las opiniones son para eso, para los gustos solo. Cualquier tema o actuación polémica es reducido por el actual periodismo a opiniones diversas y, por tanto, contradictorias, quedando el resultado en un ni sí ni no, con lo que su carácter polémico queda suavizado o neutralizado.

Opiniones para los gustos y para gustos los colores. Recientemente, se han instaurado las zonas azul y naranja en el recinto hospitalario y el abordaje de la cuestión a través de una miniencuesta por un periódico local dejaba el tema en esa zona neutra de “hay a quienes va bien y a quienes va mal”, similar “al nunca llueve a gusto de todos”. Cada día la política, la administración del común se asemeja más a la meteorología que se discute en el ascensor.

Además esas solicitudes de opinión se hacen a bote pronto, sin tiempo para la reflexión, para que sean expresadas exclusivamente en función de la inmediatez, del efecto que ha tenido para esa persona determinada en ese momento y solo en ese momento: “ah, pues a mi me ha venido bien porque he encontrado aparcamiento enseguida”. Opinión favorable.

Por muy respetables que sean todas las opiniones , no puede tener el mismo peso la del señor que ha aparcado para ir a comprar un par de zapatos a la tienda de al lado que la de una paciente que tiene que ir dos veces por semana para recibir tratamiento de diálisis. Frente a las opiniones que banalizan los temas y sirven para presentar neutralizadas decisiones claramente perjudiciales, habría que intentar que los asuntos se tratasen a la luz de criterios, algo más serio que las meras opiniones.

Está claro que esa medida va a perjudicar y mucho a personas que tienen que acudir a consultas o a tratamientos, muchas veces prolongados y que requieren una estancia de horas, y a familiares de pacientes ingresados. Y claro, como siempre, la tasa es económica con lo que perjudica más a las personas de menos posibles.

Cierto que hay que fomentar el transporte público por ser lo más racional y sensato, pero no puede hacerse solo con medidas disuasorias, también habrá que hacer que ese transporte facilite el acceso a esa zona desde todos los puntos de la ciudad y comarca. Pero, incluso en ese caso, habrá personas que no puedan utilizarlo ni sea conveniente que lo hagan.

La medida del pago del aparcamiento es francamente perjudicial e injusta y no puede justificarse o banalizarse por esas opiniones extraídas con rapidez y en función de circunstancias del momento. El criterio tendría que tender a evitar los males mayores, eso es el bien común, y estar pensado en función de las personas que más necesitan de los servicios hospitalarios y de su aparcamiento.


Colectivo Malatextos 8-8-14

Mutuas, otro paso atrás



















Chirrían las escalerillas que llevan del taller a las oficinas, sube el jefe sudoroso. Este emprendedor acaba de poner en práctica no se qué artículo de la reforma laboral que le ha permitido despedir a una empleada por acumulación de bajas en un tiempo determinado. No suda por ello, suda porque el sobrepeso le causa fatiga al subir las escaleras.

Al llegar, entra en un despachito, parpadea la lámpara fluorescente, y cambia su americana por una bata blanca, ¡el siguiente!. Ha empezado a pasar visita. En fila, esperan, con caras largas, unos cuantos asalariados que enferman por encima de sus posibilidades. Agarrando con fuerza su cartera con una mano, con la otra, comienza a pautar sus remedios en un folio con membrete de la Mutua: … necesita desconectar, pensar en otras cosas, ya verá que bien le sienta volver al trabajo para olvidar esta depresión, … le vendría bien el reposo, descansar lo máximo, por eso cuando salga del trabajo procure dormir y comer sano, ¿cómo dice que se llama lo que tiene en las tripas?, … alta!, ... alta!, … alta!!!!

El pasado 18 de julio, fecha de tantos malos recuerdos, el Gobierno aprobó un Real Decreto que da más competencias a las Mutuas (asociaciones empresariales que gestionan fondos públicos), a la hora de decidir sobre los procesos de incapacidad temporal por contingencias comunes. Es un paso más en una estrategia que pretende otorgar un poder cuasi absoluto a estas entidades en lo que a la salud de las plantillas se refiere. Nadie nos pondríamos en manos de nuestros jefes para abordar procesos sanitarios pues sabemos que tienen otros intereses que podrían priorizar, por ello utilizan las Mutuas, para poner un ornamento sanitario a esta afrenta a nuestra salud.

Esta medida que se ha tomado con nocturnidad y veranosía es de las que puede pasar inadvertida o ser entendida como inocua pues los titulares y declaraciones de responsables institucionales rebosan de términos como agilidad, eficiencia, ahorro, … No obstante, en breve se evidenciarán los efectos de esta medida de rebaja: altas prematuras e indefensión, tal y como ya se dan hoy en día con los procesos de baja por enfermedad profesional o accidente de trabajo.

Impulsan las Mutuas, magnífica herramienta para salvaguardar los intereses patronales, detrayendo recursos de la red sanitaria pública, contribuyendo, en definitiva, a su deterioro. No queremos una sociedad dividida entre personas con trabajo cubiertas por las Mutuas (para mayor gloria de la productividad) y personas sin trabajo, que entre otras muchas dificultades, se encuentren con una sanidad pública debilitada y de baja calidad.

De forma colateral a este asunto, la Ley dice que nos jubilaremos a los 67 años pero con las cada vez peores condiciones de trabajo y con la cada vez peor atención a la salud de las plantillas, pocas personas llegarán a esta edad trabajando. Mayores y sin salud, con un despido hiper facilitado, pasaremos los últimos años de nuestra vida laboral en el paro, en detrimento de nuestras pensiones, … No podemos esperar a que este cuento de terror se materialice en nuestras vidas, debemos romper ya esta dinámica de involución social y demoledora de derechos, porque más vale prevenir que currar así, debemos oponernos a la Ley de Mutuas y defender una Sanidad Pública y de calidad que asuma también las competencias en salud laboral.


Colectivo Malatextos 2-8-14

La franja de caza








Me repugna la exposición día tras día de cuerpos de niños sin vida desfigurados por la metralla. Me repugna que los cazadores de esta franja la hayan transformado en su Coto Privado de Gaza. Me repugna cómo estos culpables desalmados disfrutan del temblar de las bombas que les hace temblar a inocentes desarmados, encogidos bajo una mesa, esperando que cese el ruido de los proyectiles.

Tras el ruido el silencio. El silencio cómplice de la comunidad internacional, me repugna que miren para otro lado, a la billetera, que callen únicamente por acuerdos e intereses económicos de gran alcance, como el de las bombas exterminadoras de las que son cómplices, me repugna la solución final.

Me repugna que haya muertos de primera y muertos de segunda también, según dicte su billetera. ¿Pero es que no se puede hacer nada? Quizás nos quede la esperanza de Aguirre para que ponga firmes a los mandamases y les ordene que se pronuncien en público: Los gobernantes de Israel son unos asesinos.


Colectivo Malatextos 21-07-14

Esclavos de un mercado libre
















Los prestamistas y la deuda. Como en los 80 en Suramérica, como últimamente en Sureuropa, coto privado de caza donde los jabalís éramos como PIGS acosados por bocachas financieras, ya se está cerrando ese círculo que trazaron cuatro gánsteres de cuatro temibles apodos: “el Rompuy”, “el Barroso”, “el Draghi” y “el Juncker”, ese poker de los bajos fondos que de noche montaban timbas a media luz, cortejo y sabor de nubarrones de La Habana con lluvias de Kentucky para el clan financiero, de día cacerías de galgo y Hunter Irlandés, rocío y bruma de cortijo, cacerías de las que ya nadie se va a librar en toda Europa, ni en el sur ni en el norte, pues la última mutación del virus capitalista lo hace casi inmune, más con los recortes que imponen también para nuestras vacunas.

La deudocracia gobierna, la deudocracia es un vampiro que chupa soberanía, “la deuda”, como gran excusa para inducir miedo a la población, miedo a perder el empleo y la vivienda, miedo a que nos priven de lo público a quienes obramos lo público, miedo a tanta cerca de alambre y al hambre de nuestros hijos. Así, con el “pecado” de la deuda, se justifica el impune trasvase de capital generado por nuestra mano de obra y la de tantas manos morenas del sur económico, sus riquezas naturales esquilmadas y robadas durante siglos para el clan financiero, incalculables cuantías de capital rendidas por la fuerza de trabajo, así les cae del cielo que entretanto un omnisciente Pávlov nos encoge, pronuncia «pagar la deuda» y suelta la descarga mientras nos exhibe imágenes de manadas de africanos saltando la valla de Melilla en busca de un trabajo demigrante.

El círculo se cierra, se abre el telón. En escena un cómico nos habla del “Tratado de Libre Comercio UE-EEUU” como ese «nuevo modelo productivo para el crecimiento», modelo que incita al consumo y a la circulación de manufacturados en despótica libertad, un gran modelo de expansión energética (hasta que llegue el día en el que llame a la puerta el cobrador del fracking y ya sea tarde), un «nuevo modelo productivo para el crecimiento», monólogo que acaba entre vítores y aplausos, seguido de un mutis por el foro (de Davos) y entre bambalinas se negocia con el clan financiero el acuerdo estrella del “Tratado de Libre Comercio UE-EEUU”, pacto al que llaman mecanismo de “Solución de Diferencias entre Inversores y Estados”: protección del inversor (grandes corporaciones, transnacionales y multinacionales) por encima de reglas, normas y leyes de los estados. Esclavos de un mercado libre, soberanía corporativa, insaciabilidad.

Estos ladrones nos robarán hasta el miedo que será su miedo y nuestro empuje que ya se percibe. Las personas que construimos Malatextos os invitamos a romper el círculo, a compartir y componer ideas el próximo Lunes 23 en Katakrak a las siete de la tarde, de la mano de Ideia Elkartea y CGT-LKN Nafarroa.

Colectivo Malatextos 19-06-14

Oxímoron y otros recursos del lenguaje









Mi vocabulario es escaso por lo que cada semana me aprendo un nuevo término que me ayude a comprender los mensajes de políticos, tertulianas y analistas deportivos. Jugando al “dada” con este fin, hace unos días, abro el diccionario escogiendo una página al azar, letra “O”. Mi vista se desliza a una atractiva palabra, “oxímoron”. Me atrae aún más su significado: Combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido.

A nivel literario el oxímoron puede dar lugar a maravillosas evocaciones tales como un instante eterno pero en el plano del discurso dominante la cosa torna a tintes más cínicos. Me vienen a la cabeza algunos ejemplos como ejército humanitario, estado del bienestar, desarrollo sostenible, monarquía parlamentaria, transición democrática, inteligencia policial, libertad religiosa, deporte de élite, informativos Tele 5, obra social La Caixa, libre mercado, tu banco amigo, área municipal de participación ciudadana del Ayuntamiento de Pamplona, crimen pasional, capitalismo verde, personas ilegales, ...

Supongo que a quien lee estas líneas algunos ejemplos no le parecerán oxímoron y que echará en falta otros que no aparecen pero lo que quisiera resaltar es la habilidad que tienen aquellas personas que controlan la pluma, las instituciones, los dineros o la oferta televisiva para ir amoldando la realidad a sus objetivos e intereses, presentándonos todo de forma mucho más vendible, adulterado a la par que edulcorado. Para ello se valen también de otras figuras del lenguaje como el eufemismo, así no hay paro, hay desempleo; la represión es la intervención de las fuerzas del orden público; el robo es un desvío de fondos; perdonar o rebajar los impuestos a las empresas es dar liquidez a las mismas para generar empleo, … Por su parte insisten ya que tienen medios para ello, y por la nuestra, repetimos tantas veces sus mentiras que llegamos a no cuestionarlas y a ir aceptando el aberrante significado que quieren dar a sus constructos.

Dejemos pues todo este ingenio y fuerza creativa para la literatura y tratemos de contraponer a su realidad falseada nuestras aspiraciones reales de mayor libertad, justicia e igualdad. Llamemos a as cosas por su nombre por que si no, nos esperan más “Aduaneros Sin Fronteras” que nos acabarán de convencer que el único camino que tenemos para hacer aquello que nos venga en gana es hacer única y exclusivamente todo lo que nos digan.

Para terminar, una reflexión oximorónica actual y cercana. Ahora que, temerosos de perder unos votos, todos los grupos parlamentarios de Navarra se lamentan sin excepción y sin fisuras del descenso a segunda división de un club de fútbol tan moroso y enchufado como Osasuna (que ríete tú de Conservas Almanaque), y quienes ya ostentan alguna cota de poder se precipitan a declarar que harán todo lo posible para solucionarle la papeleta, me viene a la cabeza, más que un oxímoron, esta aliteración: alineación alienante.

Colectivo Malatextos 23-5-14

La Extrema Unión














La Unión Europea es como esas plazas y bulevares que nos han puesto en nuestras ciudades, lugares anodinos, todos iguales, grises y faltos de identidad. Están pensados para el consumismo, siempre nos llevan a un centro comercial, son instrumentos del mercado, nada que ver con esas plazas arboladas que disfrutábamos en nuestra niñez, lugares de encuentro de las personas, pensadas para el disfrute con fiesta populares, con el tacto directo entre productores y consumidores en los mercadillos callejeros, lugares donde jugábamos y soñábamos, pero de eso hace ya mucho tiempo.
En este gran mercado que es la UE, las personas cumplimos la doble la doble función de ser mercancías y a su vez de ser consumidores. Nos compran en el mercado laboral, y como éste esta tan jodido, nos vendemos barato, nos compran en el campo político con amañadas elecciones, decimos sí a las promesas que nunca se cumplirán. Consumimos baratijas que no aportan nada a nuestras vidas, ropa de marca, viajes turísticos, el último adelanto tecnológico… Consumimos valores que nos son ajenos, competitividad, crecimiento económico, inversiones en bolsa… consumimos promesas electorales y malgastamos nuestras vidas, sin darnos cuenta caemos en la telaraña del capitalismo. Somos la inocente mosca a punto de ser devorada por esa viuda negra que es la Unión Europea.
El edificio de la UE está construido con fuertes pilares para que el sistema funcione a la perfección, para que el secuestro de las personas sea permanente, la maquinaria del mercado dispone de los mejores instrumentos de control social y de toma de decisiones a favor del capital. El parlamento Europeo es el único órgano que los/as ciudadanas europeas podemos elegir electoralmente, pero este seudo-parlamento no tiene capacidad legislativa, no puede proponer leyes, tan solo tiene la potestad de validar o rechazar las propuestas de la comisión Europea o del Consejo Europeo. La Comisión Europea lo componen 28 comisarios, uno por país miembro de la UE, elegidos por el Consejo Europeo para un mandato de 5 años y con un presidente como cabeza, el actual es Durãao Barroso. Estos señores son los que, junto al
Consejo Europeo, legislan y hacen las leyes que nos arruinan la vida. En el consejo europeo se reúnen los jefes de gobierno de los diversos estados de la UE, cada 6 meses un país dispone de la presidencia europea, pero por todas es sabido que hay un país que marca las líneas maestras de la política europea, Alemania y la que hoy es su presidenta, Ángela Merkel. Junto al Consejo Europeo está el Consejo de la Unión europea formado por los ministros de cada área temática (economía, interior…) Hoy en día todo este tinglado se apoya en dos grades pactos, el Pacto Europeo o Pacto Fiscal y el Pacto del Euro. Las directivas que surgen del Pacto Europeo marcan todas las políticas económicas, sociales… nada fuera de ellas es posible. Los presupuestos de los estados son revisados y aprobados antes de que lleguen a presentarse en los distintos estados nacionales. Una vez aprobados en Europa son enviados a los parlamentos nacionales, de esta forma se ha recortado la capacidad de decisión de los estados miembros de la UE para decidir cómo y en donde gastar los dineros de las ciudadanas. El pacto del Euro ha tomado varias decisiones de suma importancia para los habitantes europeos, los salarios deben vincularse a  la competitividad, favorece la flexibilidad del mercado laboral, atrasa la edad de jubilación, exige incluir en las constituciones nacionales el equilibrio financiero, primero pagar la deuda y luego si queda dinero atender las necesidades de la ciudadanía, ha recapitalizado los bancos quebrados…
En realidad los que mandan en Europa son la Troica, (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI), y los más de 2000 lobbies económicos con sus 15000 lobistas son los que marcan las políticas económicas, laborales, agrícolas… son los que cierran fronteras a la migración, los que inician guerras y desestabilizan gobiernos que no se someten a sus designios.
Y ahora nos llaman a votar, a construir la Unión Europea, su UE. Están preocuparos porque la ciudadanía, nosotros/as, no mostramos interés en estas elecciones, el fantasma de la abstención recorre Europa, así es que no importa el color del partido, todos nos piden que vayamos a las urnas, que depositemos nuestro voto. En este mercadeo hay argumentos para todos los gustos, la participación ciudadana es imprescindible para que el proyecto de la Unión sea construido por todas, queremos la Europa de las libertares, pedimos una Europa social, reivindicamos la Europa de los pueblos y su derecho a la autodeterminación, queremos una Europa verde, de y para los europeos…. Detrás de todos estos argumentos no hay más que el deseo de que renunciemos a nuestra libertad, quieren que les demos un cheque en blanco,  que renunciemos a ser los protagonistas de nuestras vidas. La democracia, la verdadera, sólo se construye desde lo común, desde abajo, en nuestras calles y barrios, sin instituciones opacas, poniendo a las personas en el centro, pasando de los mercados económicos, deshaciéndonos de las mafias económicas, deshabitando esas instituciones ajenas a lo común, renunciando al Euro, sus parlamentos y sus políticos. Porque queremos que las agujas del reloj giren en el sentido contrario al que giran las agujas del reloj. Y aún estamos a tiempo.



QUE SE JODAN LOS POBRES












La radiografía más real de lo que somos, la parte de la sociedad que aún tenemos un trabajo y/o cierto desahogo económico como para acudir alegremente a los llamamientos del consumismo, ya se llamen "semana del pintxo", rebajas, planes prever o puentes de Semana Santa en Praga, por ejemplo, la obtenemos de la campaña que se ha llevado a cabo en Londres bajo el lema "Fuck the poor" (que se jodan los pobres).
Como buenos ciudadanos que somos, y lo son en todas las ciudades de nuestro bendito occidente, la indignación ante la imagen de una persona pidiendo dinero, encartelada con ese eslogan es incalculable. ¡Cómo se puede ser tan insensible con los más desfavorecidos!. La imagen no tiene precio: la gente se para, le increpa, discute...
La cosa cambia cuando la misma persona cambia el cartel por otro que dice: "Help the poor" (ayudemos a los pobres). Eso es otra cosa. La ofensa, al igual que la atención de la gente, desaparece. La gente finta, esquiva, mira al suelo para sentirse invisible ante la interpelación.
Eso es lo que realmente somos: insolidarios y muy, pero que muy cínicos. Digámoslo alto y claro: nos importan una mierda la personas que están pasando dificultades. Dicho de otro modo más digerible y positivo para nuestras delicadas mentes urbanitas: mientras a mi no me afecte ni se requiera de mi ningún esfuerzo, estoy a favor de que nadie pasa estrecheces. Y así de rematadamente mal nos va como personas y como sociedad. Los que ahora tienen algo y hacen el Don Tancredo, muy probablemente, dentro de uno o dos años no lo tendrán.
Que hay que meter alguna hora extra para mantener el ritmo de consumo, se mete. ¡Qué más da que haya seis millones de parados!. Que la compra me sale más barata en grandes superficies, allí que voy ¡qué más da las condiciones laborales de precariedad a las que sometan a su personal!. Que al ayuntamiento se le ocurre hacer un Shopping night, vamos, abrir por la noche los comercios explotando a sus trabajadoras, allí que vamos como borregos. Que el sector de automoción y las autoridades incompetentes nos ofrecen un plan prever, ¡pues coño!, nos cambiamos de coche y de paso echamos una mano al debilitado sector financiero con un préstamo a bajo interés. Que ha salido el Samsung Galaxy 57, pues se pilla, nos hacemos un contrato y que criaturas, que nos son nuestros hijos, se dejen la puta vida rascando en busca de coltán...
¡Eh! pero que pena los negros que saltan la valla, las criaturas que pasan hambre en nuestro entorno, los desahuciados, los que sobreviven de miserables subsidios,...
El problema no es que nos gobierne UPN, Bildu, Geroa Bai o la Tuna de la Complutense. Los gobiernos tienen poco o ningún margen de maniobra, pueden generar un poco más de colchón social, lo que no es despreciable, pero no acabar con el problema de desigualdad y de injusticia social que padecemos y del que ninguno estamos a salvo. Para recomponer eso, debemos cambiar de arriba abajo nuestra forma de vivir. Si realmente queremos que algo cambie, nos toca ir contra nuestros intereses, entendiendo por nuestros intereses, esa forma de vida que gira entorno al poder adquisitivo y los niveles de consumo. De otro modo, nos indignaremos estéticamente ante una persona que nos pida dinero con un cartel que diga "que se jodan los pobres", pero éstos se seguirán jodiendo, cada vez serán más y cada vez en entornos más cercanos hasta alcanzarnos a todos, sin que nadie muestre la menor preocupación por nadie.

Colectivo Malatextos 21-04-14